Freakshakes, el amanecer de los batidos gigantes
Evitemos cualquier malentendido cuanto antes: como ya habrás podido adivinar a partir de las imágenes, no estamos hablando de un producto ni particularmente saludable ni dietético. Los Freakshakes, un tipo de batido gigante, logran combinar en un solo vaso (gigante eso sí) un delicioso batido con una guarnición tan abundante que podría ser un postre en sí misma.
Desde la tierra de los canguros
Podríamos definir fácilmente los freakshakes como una de las tendencias que ha conquistado buena parte del mundo en 2017, desde los Estados Unidos hasta el Reino Unido. Sin embargo, esta moda, contra todo pronóstico, no nació en el Nuevo Continente, sino en Australia, donde comenzó a extenderse. La base es lo que llamaríamos batidos, o milkshake para personas de habla inglesa, que se sirven en enormes jarras cuya parte superior está decorada con un montón de cosas riquísimas: bolas de helado, galletas de todas las formas y tamaños, gominolas, siropes de frutas, rosquillas, porciones de tarta, gofres... Probablemente ya te estés haciendo una idea.
La genialidad que se esconde detrás de este postre enterrado en mil y una cosas fue simplemente crear algo que fuera impresionante. Como nos dijo el creador de estas dulces monstruosidades, el objetivo era crear algo tan sorprendente que obligara a cualquier persona golosa a sacar una foto. Idea que, por cierto, si la miramos con perspectiva, podemos confirmar que ha funcionado muy bien, haciendo que la pastelería tenga más de 53,000 seguidores en Facebook y alguno menos en Instagram.
Por aquí todavía no se ven mucho, probablemente por culpa de nuestro apego a la cultura gastronómica tradicional, que dicta que el helado se sirve en un cono, o como mucho en una tarrina. Pero es posible que las nuevas generaciones sean lo suficientemente flexibles como para encontrar un punto de encuentro entre la sutileza de nuestra heladería local y la valiente glotonería extranjera.
