Cómo los hongos salvarán la tierra
Los hongos son organismos fundamentales para el equilibrio del ecosistema de nuestro planeta y han estado presentes en la Tierra desde hace al menos 400 millones de años. Es bueno recordar que el hongo es sólo la parte floral externa mientras que la gran parte subterránea se llama micelio. Hoy en día hay más de 100.000 tipos de hongos reconocidos y el número crece cada año como prueba de la gran proliferación y variedad de esta especie.

¿Cómo sostienen los hongos el ecosistema?
Los hongos son verdaderos limpiadores del planeta, de hecho, trabajan incesantemente para la transformación de los organismos en descomposición del planeta. Además, están en simbiosis con muchos organismos vivos. Para hacer una comparación, se podría definir al micelio como un enorme filtro que elimina las toxinas del suelo haciendo una verdadera limpieza profunda del suelo.
Al ser el micelio una red densa, también es capaz de trasladar los nutrientes de una parte del suelo a otra, reequilibrando el nivel de nutrientes del propio suelo en beneficio de las plantas presentes.

Los hongos: un arma biológica que salvará la Tierra
Los hongos se consideran un arma importante para el beneficio del medio ambiente. De hecho, nuevos hallazgos han confirmado que los hongos pueden reducir el combustible diésel basado en el carbono.
Además, según nuevos estudios, el hongo de la especie Aspergillus tubingensis tiene la capacidad de crecer en el material plástico y con el tiempo degradar sus moléculas deteriorando el material que de otro modo permanecería en el medio ambiente durante muchos años contaminándolo.
Finalmente, algunos hongos, según los científicos que están analizando la zona radioactiva de Chernóbil, son capaces de absorber la radiación transformándola en energía para su crecimiento.
Es evidente lo esencial que son los hongos para el ecosistema y para la salud del medio ambiente en la Tierra. Incluso la ciencia, que ha comprendido bien su potencial, está invirtiendo cada vez más recursos para estudiarlos y extraer de ellos información útil para las muchas aplicaciones posibles por el bien del planeta.
