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Mini bosques de Miyawaki
EcologíaMedio Ambiente

Los mini bosques de Miyawaki salvarán el planeta

Los mini bosques inventados en Japón se definen así no porque los árboles sean pequeños, sino por el pequeño tamaño del terreno donde se plantan. Esto posibilita la conquista de espacios urbanos, incluso abandonados, y el rápido desarrollo de nuevos hábitats verdes.

Mini bosques de Miyawaki

Qué son los mini bosques

Desde hace algunos años se han plantado mini bosques en Europa. La idea proviene del botánico japonés Akira Miyawaki, que ya ha plantado más de 1.000 bosques de este tipo en Japón, Malasia y otros lugares. Los bosques de Miyawaki se extienden en pequeñas superficies, como una pista de tenis, pero son densos y de gran biodiversidad.

La idea básica detrás de los mini bosques es que cada espacio, así como los patios o bordes de las carreteras, es potencialmente adecuado para un mini bosque.

En los Países Bajos, ya se han plantado 100 bosques de estilo Miyawaki y se espera que se dupliquen para el 2022. En Francia, se han creado recientemente 40.

El secreto de los mini bosques

Los partidarios de este método afirman que los mini bosques crecen 10 veces más rápido y se vuelven 30 veces más densos y 100 veces más biodiversos que los que han sido plantados a través de métodos convencionales. Esto se logra plantando árboles cercanos, tres por metro cuadrado, y utilizando variedades autóctonas adaptadas a las condiciones locales. Una gran variedad de especies – idealmente 30 o más – se plantan para recrear un bosque natural.

Opiniones sobre los mini bosques

Los científicos están de acuerdo en que un bosque es un ecosistema clave en la lucha por la protección del clima porque la biodiversidad de un bosque permite almacenar 40 veces más carbono que una sola especie plantada. Los mini bosques de Miyawaki están diseñados precisamente para asegurar un alto nivel de biodiversidad y para regenerar la tierra en poco tiempo.

Los expertos creen que un rápido desarrollo de estos mini bosques podría incluso permitir la creación de corredores de vida silvestre a través de puntos contiguos de los mini bosques, así como convertirse en oasis de alimento para las aves migratorias.

Los estudiosos también han encontrado una mayor biodiversidad en los mini bosques que en los bosques tradicionales, debido a que los mini bosques, que son más jóvenes y se abren a los lados, reciben más luz sobre las plantas con flores que atraen a los polinizadores. La biodiversidad también está garantizada en el origen por el gran número de especies diferentes que se plantan.

Además, en la plantación de mini bosques suele participar la población local, a la que se invita a plantar los nuevos árboles en tierras previamente alimentadas con estiércol de los establos locales.

Los mini bosques representan, por lo tanto, un nuevo sistema que permite al hombre acercarse a la naturaleza, gracias a la participación activa, pero sobre todo la naturaleza al hombre, gracias a la conquista o reconquista de espacios urbanos o suburbanos donde pueden crecer frondosamente decenas de especies de árboles, base de nuevos ecosistemas ricos en vida y biodiversidad.

La protección del planeta y el clima hoy en día tienen un nuevo aliado, los mini bosques.

Pandemias y cambio climatico
Estilo de vidaNoticias

¿Están las pandemias y el cambio climático relacionados?

Entre las pandemias y el cambio climático, según los expertos, existe un fuerte vínculo, una relación que se irá interconectando cada vez más con el paso de los años, a menos que se tomen decisiones drásticas a nivel mundial. Lo que estamos experimentando hoy en día con el Coronavirus no es en absoluto inesperado: documentos como el The Global Risks Report puso de relieve la posibilidad de que la gripe y otras enfermedades pudieran causar crisis mundiales hace mucho tiempo, y el Harvard Global Health Institute destacó cómo el número de países que han sufrido una epidemia ha aumentado desde 2010.

Pandemias y cambio climatico

¿Cuál es la relación entre las pandemias y el cambio climático?

Para poder comprender la relación entre las pandemias y el cambio climático es útil partir de una premisa: ambos peligros tienen su origen en los mismos factores, como el vertiginoso aumento de la población. Un mayor número de personas significa un mayor impacto en el medio ambiente y, al mismo tiempo, una mayor tasa de propagación de algunos patógenos. Al mismo tiempo, fenómenos como la urbanización restan suelo natural en favor de la cimentación, lo que rompe efectivamente la biodiversidad y reduce las barreras que podrían frenar una epidemia.

Si se observa el gráfico anterior, tomado del The Global Risks Report 2020, se puede observar cómo los riesgos mundiales están todos extremadamente interrelacionados entre sí: si nuestros planes para contener los efectos del cambio climático fracasan, por ejemplo, podrían aumentar los fenómenos climáticos extremos, que pueden influir directamente en la dinámica de las epidemias. Un ejemplo es el huracán El Niño, que permitió que el virus Zika se propagara desde Brasil al resto de Sudamérica. En el caso de las enfermedades en las que los mosquitos son el vector del aumento de las temperaturas mundiales, que es un efecto pleno del cambio climático, es probable que el escenario empeore mucho más.

Además de esta problemática relación entre las pandemias y el cambio climático, las corrientes migratorias generadas por las crisis ambientales a gran escala también son un problema. Los llamados refugiados ambientales ya están demostrando ser un problema y podrían ser aún peores en el contexto de una epidemia mundial, en la que el desplazamiento de grandes cantidades de personas puede frustrar cualquier intento de contención. Por todas estas razones, es necesario que los gobiernos de todo el mundo pongan en marcha medidas muy concretas para reducir los riesgos que las enfermedades y el clima extremo pueden suponer para la humanidad.

pandemias cambio climatico
Estilo de vidaNoticias

¿Están las pandemias y el cambio climático relacionados?

Entre las pandemias y el cambio climático, según los expertos, existe un fuerte vínculo, una relación que se irá interconectando cada vez más con el paso de los años, a menos que se tomen decisiones drásticas a nivel mundial. Lo que estamos experimentando hoy en día con el Coronavirus no es en absoluto inesperado: documentos como el The Global Risks Report puso de relieve la posibilidad de que la gripe y otras enfermedades pudieran causar crisis mundiales hace mucho tiempo, y el Harvard Global Health Institute destacó cómo el número de países que han sufrido una epidemia ha aumentado desde 2010.

¿Cuál es la relación entre las pandemias y el cambio climático?

Para poder comprender la relación entre las pandemias y el cambio climático es útil partir de una premisa: ambos peligros tienen su origen en los mismos factores, como el vertiginoso aumento de la población. Un mayor número de personas significa un mayor impacto en el medio ambiente y, al mismo tiempo, una mayor tasa de propagación de algunos patógenos. Al mismo tiempo, fenómenos como la urbanización restan suelo natural en favor de la cimentación, lo que rompe efectivamente la biodiversidad y reduce las barreras que podrían frenar una epidemia.

Si se observa el gráfico anterior, tomado del The Global Risks Report 2020, se puede observar cómo los riesgos mundiales están todos extremadamente interrelacionados entre sí: si nuestros planes para contener los efectos del cambio climático fracasan, por ejemplo, podrían aumentar los fenómenos climáticos extremos, que pueden influir directamente en la dinámica de las epidemias. Un ejemplo es el huracán El Niño, que permitió que el virus Zika se propagara desde Brasil al resto de Sudamérica. En el caso de las enfermedades en las que los mosquitos son el vector del aumento de las temperaturas mundiales, que es un efecto pleno del cambio climático, es probable que el escenario empeore mucho más.

Además de esta problemática relación entre las pandemias y el cambio climático, las corrientes migratorias generadas por las crisis ambientales a gran escala también son un problema. Los llamados refugiados ambientales ya están demostrando ser un problema y podrían ser aún peores en el contexto de una epidemia mundial, en la que el desplazamiento de grandes cantidades de personas puede frustrar cualquier intento de contención. Por todas estas razones, es necesario que los gobiernos de todo el mundo pongan en marcha medidas muy concretas para reducir los riesgos que las enfermedades y el clima extremo pueden suponer para la humanidad.

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Las ciudades del futuro necesitarán cada vez más la biodiversidad y los productos orgánicos

Las ciudades del futuro no podrán prescindir de la biodiversidad y, por tanto, tampoco de lo orgánico. La comunidad científica está de acuerdo en que también hay que prestar atención a los ecosistemas urbanos, que hasta ahora no siempre han sido tenidos en cuenta por la investigación. A nivel urbano un ecosistema sano y equilibrado se traduce en beneficios para los habitantes.

El reto de las ciudades ecológicas y sostenibles del futuro

Las ciudades del futuro deberán considerar la biodiversidad y la agricultura ecológica como valores centrales en los que basar su desarrollo. Las áreas altamente urbanizadas ya no pueden ser excluidas o consideradas como entidades extrañas del balance ecológico de un área. Al contrario, tendrán que integrarse como parte viva de los ecosistemas para poder garantizar una mayor salud y seguridad a sus habitantes, humanos o no. Las zonas verdes serán la clave de la planificación urbana del mañana: desde los parques tradicionales hasta los tejados verdes; todas las soluciones funcionales para la biodiversidad. En este sentido, será necesario centrarse en las especies de plantas nativas, para apoyar la actividad de los polinizadores, base de todo el ecosistema.

Verdes, sostenibles y productivas, las ciudades del futuro podrían tener que producir sus propios alimentos. Es posible que los cultivos urbanos se conviertan pronto en una necesidad o, en el mejor de los casos, un buen hábito. Son buenos para optimizar el espacio y el uso de los recursos y pueden ser más fácilmente orgánicos porque son más controlables y menos susceptibles a los eventos climáticos. Una ciudad verde también garantiza una mayor limpieza del aire y del agua, que son menos propensos a los contaminantes nocivos.

Algunos ejemplos virtuosos ya se pueden ver hoy en día, como el de Toronto en Canadá que está incentivando la creación de un cierto porcentaje de tejados verdes en la ciudad. Pero también en Múnich, donde incluso la gestión de las zonas verdes es natural gracias a la ayuda de un rebaño de ovejas que ayuda a cortar y abonar el césped.

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EcologíaMedio Ambiente

La biodiversidad en la agricultura: el secreto es lo orgánico

Hablar de la biodiversidad en la agricultura se ha convertido en algo casi obligatorio, especialmente entre los que trabajan con la agricultura orgánica. Una mayor variedad de organismos en la naturaleza es una ventaja: es una ventaja para el medio ambiente, pero a menudo también para los productores, siempre y cuando vean a los animales y otros seres vivos como un recurso a largo plazo en lugar de una amenaza para su cosecha. Para la salud de los ecosistemas, de hecho, la biodiversidad en la agricultura se considera cada vez más como un recurso, y quienes practican la agricultura orgánica tienen una ventaja.

Biodiversidad y ecología

Hay un hecho muy importante que hay que considerar cuando se examina el concepto de biodiversidad en la agricultura: hay alrededor de 8.500 especies amenazadas de extinción, de las cuales el 62% están en peligro de extinción por la agricultura. Esta cifra se ve agravada por la deforestación mundial, de la cual el 80% es atribuible a la tierra que el hombre utiliza para cultivar y criar los alimentos que consume cada día.

El movimiento ecológico nació con la idea de una producción que pudiera mediar entre las necesidades del hombre y la naturaleza, respetando el medio ambiente en toda su complejidad. En general, los expertos han descubierto que la aplicación de métodos orgánicos mejora la biodiversidad en la agricultura: otras plantas, arañas, insectos y microbios son los organismos más aventajados, probablemente debido al uso más cuidadoso de los plaguicidas. Estos últimos no se derivan de la síntesis química y tienen un impacto menor, para bien o para mal.

Las investigaciones llevadas a cabo específicamente sobre el tema de la biodiversidad en la agricultura ecológica han demostrado que alrededor hay un 50% más de organismo en los cultivos ecológicos. El efecto, entre otras cosas, se expande en cascadas, ayudando también a especies de animales que no están en contacto directo con los cultivos, sino en los ecosistemas adyacentes. Al fin y al cabo, la agricultura ecológica nació por esta misma razón: para mejorar la salud del medio ambiente y los alimentos que comemos cada día.

Salvar el planeta
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Salvar el planeta: el plan extremo de los científicos

El plan para salvar el planeta puesto sobre la mesa por el biólogo E.O. Wilson es extremo: dejar la mitad del mundo a la naturaleza con el fin de proteger muchas especies animales y vegetales de la extinción. Ha nacido también un movimiento, conocido como el movimiento Half-Earth movement, que se ocupa de la conservación de los hábitats y la preservación de la biodiversidad, cuidando el planeta a largo plazo.

La mitad del planeta en manos de la naturaleza

Según las previsiones elaboradas por Half-Earth Project, devolver la mitad de la superficie terrestre a la naturaleza significa proteger el 85% de las especies de la extinción, lo que supone un gran comienzo para salvar el planeta. Obviamente esto no se puede hacer cortando la tierra en dos partes de manera «clara», es necesario identificar una serie de ecosistemas a proteger para salvaguardar el medio ambiente. Y esto es exactamente lo que han hecho los científicos, que han logrado dividir la superficie de nuestro mundo en 846 ecorregiones, definidas por hábitats específicos. Para lograr este resultado, los investigadores han evaluado los datos de todos los rincones del mundo, calculando el impacto de mover a cada ser humano de la mitad de esas zonas.

El resultado según la ciencia, como se podría esperar, es extremo: se estima que mil millones de personas se verían afectadas por el proyecto Half-Earth, y éstas se concentrarían, en particular, en los países en desarrollo. Según Chris Sandbrook, profesor de geografía de la Universidad de Cambridge, el tipo de impacto que tendría este proyecto para salvar el planeta depende de la rigidez de los límites impuestos: la recolección controlada de ciertos recursos puede tener consecuencias muy pequeñas.

Sin embargo, los expertos han explicado que el proyecto de la Half-Earth para salvar el planeta entra en conflicto abierto con la actividad humana, y esto podría crear muchos problemas. Encontrar un equilibrio entre la emergencia ambiental y el cambio climático, con la proliferación de la raza humana, es extremadamente difícil.

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Por qué las empresas deberían preocuparse por la biodiversidad

Grandes empresas que operan en los mercados mundiales parten con un error fundamental de base: considerar que el medioambiente del que derivan las materias primas necesarias -directa o indirectamente- para sus productos ,es una realidad que no se puede ver alterada con el paso del tiempo. ¡Nada podría estar más equivocado! Esta es la razón por la que las grandes empresas deberían empezar a preocuparse por la biodiversidad como un factor importante en sus negocios.

La biodiversidad como base de un negocio exitoso

Si se analiza en profundidad, lo que se puede ver es que casi siempre existe algún tipo de relación entre el medio ambiente y los productos producidos por las empresas. Está muy claro cuando hablamos del sector alimentario y un poco menos en otros casos, sin embargo, es difícil encontrar empresas que no tengan alguna conexión con algún sistema ecológico. Sin embargo, este punto es a menudo subestimado por las grandes compañías del mercado mundial que consideran el medio ambiente como un recurso del que se puede sacar provecho inagotablemente.

El problema es que esto no es así y, por el contrario, parece que en los últimos años la situación se ha ido degenerando a un ritmo creciente. El mantenimiento de la biodiversidad podría ser la única manera de dotar a los distintos ecosistemas de las herramientas necesarias para soportar los efectos de la actividad humana. Esto es, la fuente de ingresos de muchas empresas. Para las empresas, la pérdida de biodiversidad es uno de los riesgos ambientales más importantes, ya que de ella dependen sistemas ecológicos enteros y, en consecuencia, sistemas económicos enteros.

No es una coincidencia que muchas grandes empresas ya se estén moviendo para proteger -o al menos no para dañar- la biodiversidad de los ecosistemas de los cuáles derivan sus recursos. Un ejemplo muy positivo es el de L’Oréal, que se ha marcado como objetivo la eliminación en sus propios productos de ingredientes que estén vinculados a la deforestación. También es significativo que una importante compañía de seguros como AXA Insurance Company esté trabajando para encontrar formas de incluir la pérdida de biodiversidad como un factor de riesgo financiero en sus planes.

La cuestión es más grave de lo que se considera en la actualidad y todas las empresas deberían empezar a tomarla en serio, a fin de proteger el medio ambiente y sus propios intereses.