Quinoa, cómo cocinar este pseudocereal
La quinoa casi siempre se usa como si fuera un cereal, reducida a una especie harina gruesa mediante molienda, pero te sorprenderá saber que, en realidad, esta planta pertenece a la misma familia que las remolachas. Esto ofrece una ventaja fundamental sobre sus competidores: no tiene el gluten característico de los cereales, por lo que es adecuado para todos los paladares, incluidos los celíacos.
Una sola planta, mil usos posibles
Comencemos diciendo que la quinoa tiene una extraordinaria ductilidad, de hecho, se presta a numerosos usos, tanto en sabrosos platos como en sorprendentes postres. Desde un punto de vista práctico, una buena idea podría ser usarlo como sustituto de los fideos para echar al caldo, o como espesante, en lugar de miga de pan, también como relleno para asados o para hacer albóndigas. La quinoa también se ha ganado su lugar en cualquier sopa, para para añadirle un toquecito extra, o junto con verduras para convertir una guarnición de en plato único.
Prepararla es muy sencillo: solo tienes que hervirla en agua durante 10-12 minutos, y por cada vaso de quinoa agrega dos de agua y ya está, ni siquiera tienes que escurrirla, ya que el líquido será absorbido por la propia quinoa.
Para utilizarla en postres, el secreto reside en darle una cocción rápida en leche de vaca o en una alternativa vegetal para los que sean intolerantes a la lactosa. Una vez hecho esto, puedes usarla fácilmente como espesante para tu postre favorito, agregarlo en budines o como ingrediente secreto de pasteles y galletas.
Quinoa, los trucos del oficio
Aunque su preparación es extremadamente simple, hay algunos trucos que no debes pasar por alto, ya que podrían mejorar tus resultados con este pseudocereal. Antes que nada, es bueno que sepas que no hay un solo tipo de quinoa, sino tres diferentes: blanca, roja y negra. La primera es la más adecuada para aquellos que todavía no están familiarizados con la quinoa, ya que es el sabor más neutral. Las otras dos variedades en cambio tienden a ser más sabrosas, especialmente la negra, que además también cuenta con una consistencia más crujiente.
Por último, pero no por ello menos importante, ¡es muy importante que la laves! Y la razón es la saponina, una sustancia presente de forma natural en las semillas de quinoa que contiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, pero también un sabor tremendamente amargo. Con el objetivo de eliminarla tanto como sea posible, es mejor que la enjuagues abundantemente bajo el grifo.
