inNaturale
El árbol de los 40 frutos

El árbol de los 40 frutos

Así se llama una de las últimas creaciones de Sam Van Aken, obtenida gracias a la técnica de injerto, una azaña capaz de dar a luz una increíble variedad de frutas.

El árbol de los 40 frutos, o «Tree of 40 Fruits» para los que hablan inglés, es una obra artística y al mismo tiempo un increíble experimento de biología y botánica: a través de la técnica del injerto, Sam Van Aken, un artista de Nueva York logró combinar 40 plantas diferentes en un árbol, capaz de producir otras tantas frutas diferentes.

Un árbol como cualquier otro (casi)

Al verlo la mayor parte del año pasa casi desapercibido, solo en primavera se revela su verdadera naturaleza: cada rama del árbol sigue su floración natural, creando un tono único de pétalos que varía desde el rosa brillante al blanco, desde el púrpura al rojo. Cada uno con su período preciso, que se cruzarán solo en ciertos momentos del verano, cuando llegan a la maduración de las 40 frutas diferentes.

Ciruelas, melocotones, nectarinas, albaricoques, cerezas, almendras, todos en el mismo árbol. Un verdadero experimento botánico, aprovechando al máximo la técnica de injerto. Le llevó 5 años obtener un resultado estable, pero a día de hoy estos árboles se producen en un número más abundante. Se pueden encontrar en tanto en colecciones privadas como en museos públicos. Incluso si la producción de frutas es escalonada, en cantidades limitadas, también podría ser perfecta para tenerlo en casa. Un huerto concentrado en un solo árbol.

Un profesor de escultura

El artista, originario de los Estados Unidos, es actualmente profesor asociado de escultura en la Universidad de Siracusa, donde pudo experimentar con sus trabajos creativos en la cercana New York State Agricultural Experiment Station. En 2008 comenzó su aventura con injertos, fijándose el objetivo de jugar con flores multicolores como un proyecto de arte, ocupando un área de casi tres hectáreas con sus experimentos.

El artista también ha logrado recuperar muchas especies nativas de ese territorio, algunas con una historia de 150-200 años, logrando devolverlas a su antigua gloria. Todas estas plantas tenían en común el hecho de ser frutos con hueso, técnicamente drupas, por lo que no estaban demasiado lejos como especímenes botánicos los unos de los otros. De ahí la idea de construir una especie de tabla con la que monitorear los tiempos de floración y maduración, a fin de poder programar los injertos con precisión, haciendo brotar en las ramas de un injerto en concreto yemas de otras plantas. Así fue como nació el primer borrador del árbol de los 40 frutos.


etiquetas:
Matteo Buonanno Seves
Matteo Buonanno Seves
Saber más
Un giovane laureato in Scienze Gastronomiche con la passione per il giornalismo e il mai noioso mondo del cibo, perennemente impegnato nel tentativo di schivare le solite ricette e recensioni in favore di qualcosa di più originale.
Saber más
Un giovane laureato in Scienze Gastronomiche con la passione per il giornalismo e il mai noioso mondo del cibo, perennemente impegnato nel tentativo di schivare le solite ricette e recensioni in favore di qualcosa di più originale.
Suscríbete al boletín
Permanece actualizado sobre las últimas noticias editoriales, productos y ofertas