Brocheta de pollo yakitori, el plato de la tradición japonesa
Las brochetas de pollo Yakitori, un plato tradicional japonés, no son una receta tan antigua como mucha gente se piensa. En la actualidad se ha convertido en una de las preparaciones favoritas de comida callejera local. Lo que pocos saben es que, a pesar de su sencillez tiene múltiples variedades, hasta el punto de que incluso los grandes chefs se han interesado por ella.
Cómo hacer brochetas de pollo Yakitori
Las brochetas de pollo Yakitori se cocinan en todos los rincones de Japón, aunque la receta es bastante reciente y que se volvió mainstream en 1950: antes, y hablamos de un período que va desde el siglo XVII hasta el XIX, el simple olor de la carne a la parrilla se consideraba de mal gusto.
Uno de los aspectos que diferencian a los pinchos de pollo Yakitori de las versiones que encontramos en el supermercado son las partes que se utilizan: en Occidente se tiende a utilizar la pechuga y los muslos, cortados para que se coman en pequeños bocados, mientras que en Oriente es habitual ver el uso de los menudillos para las brochetas de pollo más baratas.
En Japón, este plato se prepara en los Yakitori-yas, establecimientos especializados, utilizando diferentes variedades del ave, como el jidori, considerado una versión gourmet del pollo normal. También se puede utilizar la carne del shamo, un gallo particularmente musculoso utilizado para pelear. Por último, pero no menos importante, para los pinchos de pollo Yakitori tambien se utilizan variedades de carne oscura, muy valorada incluso por los mejores chefs.
Hay dos características que hacen que esta especialidad sea única: la primera es el carbón utilizado en la cocina, conocido como binchotan o carbón blanco, hecho de roble y considerado de altísima calidad. La segunda es la salsa llamada tara, utilizada para glasear los pinchos de pollo Yakitori durante la cocción, que también se usa como acompañamiento.
Este plato tradicional japonés se está extendiendo cada vez más fuera de las fronteras del país del Sol Naciente, contaminando otras culturas gastronómicas con su simplicidad y su sabor único.
