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Alnwick Garden, el jardín venenoso

Alnwick Garden, el jardín venenoso

No todos los parques están hechos para relajarse y disfrutar de los aromas que la naturaleza nos ofrece; como es el caso de este, donde reina el peligro y todas las plantas pueden resultar fatales.

En Inglaterra, y más concretamente en Northumberland, hay un jardín de lo más peculiar, diferente a cualquier otro. Aquí tenemos flores de colores, plantas exuberantes y árboles altos y poderosos, todos dentro de la norma. La verdad, sin embargo, es invisible a simple vista: de hecho, se trata del Alnwick Garden, un jardín lleno de plantas tóxicas, accesible solo con visitas guiadas y con mucha prudencia.

Una inmersión en la historia

El Poison Garden, como se lo llama, es una famosa atracción en el norte de Inglaterra, en la frontera con Escocia, donde los feroces fanáticos de Harry Potter se apresuran a visitar el castillo al que pertenece ya muchas escenas de Hogwarts fueron filmadas aquí.

La idea de un jardín venenoso se le ocurrió por primera vez a la Duquesa de Northumberland Jane Percy, quien lo creó allá por el no tan lejano 1997, trayéndose las plantas más venenosas presentes en todo el mundo, de las cuales muy a menudo, por absurdo que parezca, se obtienen principios farmacológicos activos. La mujer había heredado el parque hacia solo un par de años ya que, después de haber pertenecido a varios duques de Northumberland durante siglos, había quedado en mal estado tras la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose incluso en un jardín de trabajo en 1950.

Hoy todo el parque tiene más de 14 hectáreas, pero solo una parte, bordeada por una imponente verja negra, está dedicado a plantas venenosas, mientras que todo el complejo ha sido donado a una organización benéfica y sigue atrayendo a más de 600,000 visitantes al año.

Those plants can kill

Al entrar en el Alnwick Garden, la advertencia es clara: «those plants can kill». Es la frase que da la bienvenida a los visitantes, en su mayoría emocionados y para nada asustados por el viaje que les espera. La guía, que acompaña a pequeños grupos de hasta 20 personas, después de haber sido informados sobre las prohibiciones, cómo tocar, u oler y, obviamente, no comer ningún tipo de planta, te contará anécdotas y curiosidades sobre cada especie. Y para no ser menos nosotros, aquí tienes algunas plantas presentes en el Alnwick Garden y que, sorprendentemente, ¡también podrían estar en tu jardín!

Comencemos por la planta venenosa por excelencia, la Cicuta (Conium Macalatum), con la que Sócrates se suicidó, la cual puede llevarte a una parálisis respiratoria gracias a varias sustancias alcaloides presentes en ella. Menos conocida es la Trompeta de Ángel (Brugmansia Arborea), originaria de Sudamérica, y que se utiliza en Occidente como planta ornamental; contiene atropina y escopolamina que causan delirios y la muerte más allá de aportar un efecto afrodisíaco. Durante la época victoriana, las chicas mezclaban el té de polen Brugmansia para obtener un efecto similar al del LSD.

También están las aparentemente inocentes adelfas (Nerium Oleander) que, tóxica en todas sus partes, puede causar vómitos y cambios en la frecuencia cardíaca. Solo piensa que basta con tragar 5 hojas para morir. Continuamos con la Rosa de Navidad (Helleborus Niger), que crece tanto en zonas alpinas como en los jardines de cualquier casa y que desde la Edad Media se utiliza como veneno; su extracto causa paro cardíaco.

Llega el turno de una serie de flores alegres y coloridas, pero con un lado oscuro: está la peonía, antes utilizada para provocar abortos, el lirio de los valles, perjudicial para el corazón, la hortensia, con hojas de acción cardio tóxica. Y de nuevo la Flor de Pascua, con un látex venenoso e irritante para la piel, así como el Ricino cuyas semillas contienen ricina, un poderoso veneno que causa la muerte si se ingiere.

La lista podría continuar hasta el infinito, pero llegados a este punto yo que tú me quitaría la curiosidad de ir y descubrir lo que Alnwick Garden te tiene reservado. La entrada cuesta solo 14 euros, y si pasas por esos lares no olvides incluirlo en tu recorrido, ¡totalmente recomendado!


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Allegra Germani
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Allegra di nome e di fatto, ho 22 anni, studio Scienze Gastronomiche e non so ancora cosa fare della mia vita se non girare il mondo per riempirmi gli occhi e la bocca di cose buone.
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