Vino orgánico y biodinámico: enterrado mejora
La idea de hacer vino orgánico y biodinámico enterrado, con el menor uso posible de aditivos y procesos de producción articulados, podría tener éxito, reescribiendo el concepto de terroir. Utilizar el suelo para refinar el zumo de uva procesado no es exactamente una novedad: el vino georgiano conocido como Qvevri se envejece en ánforas subterráneas, pero la combinación con la certificación orgánica y biodinámica podría ser una novedad.
Por qué poner vino orgánico y biodinámico bajo tierra
La idea de refinar el vino ecológico y biodinámico subterráneo surge de revisitar el terroir: si el suelo es tan importante en la elaboración de esta bebida alcohólica y afecta a muchas de las características de la uva, ¿cómo podría actuar sobre una barrica de madera en la que se almacena el vino? Una prueba práctica de esta técnica se ha realizado en la bodega Gemtree, especializada en vinos ecológicos y biodinámicos. Aquí los propietarios han decidido centrarse enterrar el vino para mejorar la calidad natural de sus productos.
La barrica se enterró entre las viñas de Syrah con los que se elaboró el mismo vino, con el deseo de evaluar el impacto que el suelo tendría en el envejecimiento de su producto. Otro productor, Andreas Tscheppe, había intentado un experimento similar y obtuvo excelentes resultados. En concreto, parece que los taninos permanecen en mayor concentración, una consecuencia que podría estar ligada a un insuficiente contacto con el oxígeno, dando un sabor único y especial al vino orgánico y biodinámico, que también es más intenso.
