Tupinambo: propiedades y beneficios de la alcachofa de Jerusalén
Las propiedades del tupinambo, tubérculo llamado alcachofa de Jerusalén o nabo alemán se tienen cada vez más en cuenta, debido especialmente a los beneficios que aporta en la reposición de sales minerales y otros oligoelementos, así como por la facilidad con la que se puede utilizar en la cocina. Además, el cultivo del tupinambo está resultando ser una excelente medida para los agricultores, que han encontrado en él un producto muy útil para la producción de compuestos bio como combustibles o aditivos alimentarios. En los países donde se cultiva se utiliza desde que comienza a hacer frío, aunque este tubérculo se cosecha desde el otoño hasta el final del invierno.
Propiedades y beneficios
Un aspecto importante de las propiedades y beneficios del tupinambo es su perfil nutricional: en primer lugar, el tupinambo es bastante rico en agua, que constituye cerca el 80%, y tiene una buena cantidad de inulina, que puede variar en función del período de recolección. Esta última sustancia es una fibra no soluble con propiedades probióticas que se utiliza cada vez más en la cocina como complemento de diversas recetas. Esta es una de las diferencias más evidentes con la patata, otro tubérculo mucho más común: en este último hay mucho almidón, cadenas de azúcares asimilables por nuestro organismo con una alta concentración de calorías.
Por todas estas razones, las propiedades y beneficios del nabo alemán han sido tenidas en cuenta, así como por su contenido en sales minerales. En concreto, el topinambo es rico en hierro y potasio, además de contener una buena cantidad de vitamina B1 y vitamina A. También encontramos vitamina H, una molécula que puede soportar diferentes temperaturas de cocción. La presencia de estos nutrientes hace de la alcachofa de Jerusalén un alimento ideal para recuperar energía después de la actividad física, por ejemplo.
