Salmón Salvaje, el mejor para el medio ambiente y para el paladar
Aunque te consideres todo un experto, gracias a todo el pescado que se devora últimamente en los restaurantes orientales, el salmón salvaje es una de esas gemas gastronómicas que probablemente aún no hayas probado. De todos modos, para elegir uno que sea de calidad es importante conocer sus orígenes, su procedencia y el método de producción utilizado para transformar la materia prima. En el caso del salmón de piscifactoría, la mayoría proviene de una acuicultura intensiva, en la que no se tienen en cuenta los estándares de sostenibilidad.
De hecho, cuentan con condiciones higiénicas y sanitarias bastante malas que conducen a la producción de un producto insalubre y deficiente que llega a nuestras mesas a un precio ciertamente más bajo que los demás. Los altos estándares de calidad los podemos encontrar en su contraparte silvestre, que es altamente apreciada, y que comúnmente no la encontraremos junto con los demás pescados del día, y que suele estar menos disponible, pero que ciertamente cuenta con orígenes más nobles.
Origen y características del salmón ahumado
El Salmón ahumado es sin duda, el rey de todos los salmones, y proviene de los mares gélidos y cristalinos de la lejana Alaska, donde nada despreocupadamente, alimentándose de algas, gambas y cualquier pececillo que se cruce en su camino. De hecho, contiene propiedades nutricionales significativamente más altas que las del salmón de piscifactoría.
Esta joya se pesca en el Océano Pacífico, y hay cinco especies identificadas: real, rojo, plateado, keta y rosa. Es el único en la categoría de salmón que ha obtenido la etiqueta de pesca sostenible MSC (Marine Stewardship Council). Un tipo de pesca que respeta los estándares de sostenibilidad ambiental y crea las condiciones ideales para que nuestros peces sigan su curso natural en completa libertad, evitando así su extinción.
Por lo tanto, el salmón salvaje de Alaska se mueve continuamente a través de ríos y mares, y se alimenta exclusivamente de lo que ofrece la naturaleza, por esta razón su carne es muy tersa y compacta y también tiene un color más oscuro, que tira a rojizo, gracias a la gran cantidad de carotenoides ingeridos por los alimentos que consumen.
Un producto sin lugar a dudas superior: las diferencias con el salmón de piscifactoría
Las diferencias entre el salmón salvaje de Alaska, el Oncorhinchus y el salmón del Atlántico y Oncorhinchus son obvias y fácilmente identificables: tanto por su apariencia como por su sabor. De hecho, como te comentábamos, la carne de la variante salvaje es menos grasa, más compacta y sabrosa, en comparación con la del salmón de piscifactoría, que es más pálido y más calórico. Por lo tanto, estaríamos hablando de un alimento sano y natural, que no se trata con hormonas o antibióticos, y que es rico en ácidos poliinsaturados muy preciados para el mantenimiento de nuestro bienestar físico.
El salmón salvaje es también muy valorado en Alaska, y sus habitantes le dedican eventos en exclusividad. El más popular es el Salmon Bake, que consiste en una cena basada exclusivamente en salmón y productos típicos. En Europa, lamentablemente, casi nunca llega fresco, a excepción del noruego, y a menudo se importa congelado, eviscerado o tratado de algún modo con métodos de ahumado muy sofisticados: en frío, por ejemplo, o con madera de haya.
Las cantidades que se producen y se comercializan son muy limitadas y se ubican entre los alimentos de calidad indiscutiblemente superiores y a un precio legítimamente más alto. Dicho lo cual, estamos seguros de que su sabor te conquistará, por lo que te recomendamos encarecidamente que lo pruebes.
