Langostas y Gofres: cuando el mar se encuentra con el brunch

Langosta y gofres, esta es la nueva especialidad que se puede disfrutar en la cadena americana de restaurantes Red Lobster. Una combinación no precisamente usual pero que podría esconder algunas sabrosas cualidades de lo más inesperadas. Te contamos de qué se trata.
Un brunch inesperado
Los restaurantes Red Lobster han presentado un plato de langosta y gofre en sus menús, diseñado para tomarse en el brunch, con sirope de arce. Aunque en el pasado la langosta era un alimento para pobres y reclusos, que se usaba incluso como fertilizante, incluirlo a día de hoy en un brunch cuenta con una cierta connotación de exclusividad, también confirmada por el precio, que si agregamos los impuestos y la obligatoria propina ronda los 30 $ (alrededor de 25 €).
Si vamos al grano, el plato consiste, de hecho, en un gofre reinterpretado con una cola de langosta sobre él, todo cubierto por una generosa dosis de sirope de arce. Para más señas, el gofre se prepara utilizando la misma composición de las famosas Cheddar Bay Biscuits: «galletas» a base de queso cheddar cuya receta es exclusiva de la cadena. La cola de la langosta, en cambio, se fríe después de pasarla por suero de leche (un subproducto de la transformación de la crema en mantequilla, con un sabor agrio y una consistencia cremosa). Todo ello, como te decíamos antes, adornado con sirope de arce.
El resultado no es precisamente dulce, pero tampoco salado, en resumen, ideal para un brunch americano. Aunque un poco extraño para nosotros, la combinación, desde el punto de vista de un estadounidense, podría considerarse una reinterpretación «marina» de un gran clásico del brunch estadounidense como es el fried chicken and waffle, o sea, pollo frito y gofres. El único inconveniente en cuestión en la inevitable pregunta que surge: ¿vale la pena emplear un manjar como langosta de esta manera? Hay quien ya ha puesto el grito en el cielo e incluso se ha llegado a mencionar la palabra «desperdicio».
