¿La salud de los noruegos? Es todo cuestión de dieta
Lo hemos oído por todas partes: nuestra dieta, lo que comemos, repercute directamente en nuestra salud. Partiendo de esta base, es interesante que echemos un vistazo a los hábitos alimenticios de los noruegos, ya que últimamente la salud de los habitantes de este país ha sido elegida por la UNESCO como modelo a seguir para el resto del mundo.
No es exactamente la dieta mediterránea
Vayamos por orden: la primera comida del día, el desayuno, ya se desvía por completo de lo que son nuestros hábitos normales, sin cereales ni leche ni café ni magdalenas. Un pan noruego típico hecho de patatas, llamado Lefse, o los «típicos» panes de centeno, acompañados de mantequilla, queso y mermelada.
Por si hubiera alguna analogía, la presencia de carne, pescado o embutidos, hace que se desvanezca. Mientras que para nosotros puede resultar un tanto extraño, los noruegos disfrutan comenzando el día con salmón ahumado o arenque en escabeche. Sin embargo, no pueden prescindir de una taza de café abundante y, a veces, incluso muesli.
Respecto a los quesos deberemos emplear alguna línea más, ya que los noruegos parece que no pueden prescindir de ellos. El más típico es probablemente el Geitost, un queso de cabra con un color marrón muy particular, que se caracteriza por una dulzura super especial. Lo suelen cortar en rodajas finas y lo comen con pan caliente.
La conserva como consigna
Uno de los denominadores comunes de la comida noruega es el largo período de conservación de sus alimentos, legado de un mundo no globalizado y de una producción de subsistencia. Tanto es así que el pan mencionado anteriormente puede conservarse durante meses en la despensa, al igual que el salmón ahumado o las diferentes salchichas que elaboran.
En cuanto al salmón, el noruego es considerado uno de los mejores del mundo, y, como te comentábamos, su preparación gira en torno a la conservación prolongada, con técnicas que varían desde el famoso ahumado hasta el «secado», o el encurtido.
Siempre con la misma filosofía en mente, los noruegos despuntan con las mermeladas, en particular las de frutas del bosque, que gracias a su clima frío y húmedo tienden a ser las más dulces del mundo. Entre estas, las más apreciadas son, casi con certeza, las moras.
Los postres, como gofres y pasteles, cierran la lista. Los primeros tienden a ser más gorditos y más ricos que los que estamos acostumbrados, y a menudo se comen con el queso marrón del os hablábamos antes, o simplemente con crema agria y mermelada. Finalmente, el Kvæfjordkake, un pastel nacional, que mezcla almendras, merengue, crema de vainilla y bizcocho.
