La pulpa de tomate fluorescente y sus extrañas aplicaciones

A partir de un simple tomate triturado, los investigadores de la Universidad Agrícola Qindgado, en el este de China, han obtenido una pulpa de nanopartículas de carbono con una intensa capacidad luminiscente. Si, con toda la razón de mundo, te estás preguntando por qué a alguien le podría gustar una pulpa de tomate que brille en la oscuridad, será mejor que te contemos cuanto antes que las aplicaciones de este descubrimiento no afectarán a tus hábitos alimenticios, pero sí podrían tener efecto en tus hábitos farmacológicos.
El mérito es de los puntos de carbono
En castellano todavía no hay un nombre oficial, pero los investigadores los llaman Carbon Dots, literalmente, puntos de carbono. Descubiertos por casualidad, como suele pasar, en 2004 son una nueva clase de nanomateriales basados en carbono con una gran capacidad de luminiscencia. Entre otras cualidades, tienen buena estabilidad y conductividad eléctrica, pero sobre todo, una muy baja toxicidad, lo que los hace extremadamente atractivos para una gran variedad de aplicaciones médicas y biológicas. Esta clase de materiales son tan novedosos que aún no somos capaces de comprender del todo su capacidad de luminiscencia. Se pueden obtener de múltiples fuentes, desde nanotubos de carbono hasta diferentes tipos de biomasa, como flores o plantas y, aparentemente, también de los tomates.
La pulpa fluorescente
Según los investigadores chinos, la ventaja de utilizar tomates en comparación con otras fuentes es no solo su gran disponibilidad y su bajo coste si no, sobre todo, la simplicidad del proceso de producción. Así que no esperes ningún procedimiento de ciencia ficción para obtener la pulpa fluorescente: simplemente se corta el tomate en trozos, se tritura y se disuelve en agua; se calienta en el microondas, se centrifuga para eliminar las partículas más grandes y luego se filtra por diálisis de manera que resulte, como producto final, un polvo sólido de nanopartículas con un diámetro de menos de 5 nm. Por si la facilidad del proceso no fuera suficiente, los investigadores encontraron que, para los puntos de carbono obtenidos del tomate, es más fácil controlar las propiedades de la luz mediante la adición de diferentes tipos de componentes orgánicos.
Posibles aplicaciones
Sí, pero ¿y qué? Bromas aparte, las aplicaciones de los Carbon Dots luminiscentes son de todo menos graciosas. Gracias a su naturaleza orgánica, soluble y fundamentalmente no tóxica, pueden funcionar como excelentes herramientas de Bioimaging, es decir, aquellos procedimientos mediante los cuales es posible obtener imágenes en tiempo real del cuerpo humano u otros componentes orgánicos. O también, como "sensores" para una amplia variedad de procesos bioquímicos. Gracias a la peculiaridad de sus frecuencias de luz también podrían usarse como capsulas contenedoras de medicinas, capaces de actuar en áreas muy específicas del cuerpo. Tal vez no comamos pulpa de tomate fluorescente en nuestros espaguetis en un corto periodo de tiempo, pero sí que podríamos terminar ingiriéndolo no dentro de mucho, probablemente en pastillas.
