Glögg, el vino sueco para calentarse en navidad
Hoy hablamos del glögg, la versión sueca de nuestro vino caliente. Se trata de una bebida típica de la Navidad, ideal para mantenerse caliente mientras se camina por el centro de la ciudad. El invierno en Suecia no es una broma y ¿quién mejor que ellos para elaborar la receta perfecta para el vino caliente?
Siempre hay que dar las gracias a los romanos
La historia del vino caliente, como ya os contamos en otro artículo, tiene orígenes antiguos, desde los romanos. Fueron nuestros antepasados quienes exportaron el uso del vino a los territorios conquistados, llegando hasta el extremo norte de Europa. Y a partir de ese momento, recetas ligeramente diferentes con un origen común, todas unidas por el uso de especias con una fragancia cálida, que se importaban desde muy lejos.
Sin embargo, lo que en su día estuvo relacionado con la mala calidad del vino, en regiones como Escandinavia ha perdurado para ayudar a combatir el frío. En 1500 aún conservaba su raíz latina, Hippocras, del que se contaban propiedades increíbles. Se dice que el nombre cambió definitivamente en 1800 y pasó a ser glögg del inglés «to glow», debido al efecto espumoso del azúcar combinado con el vino.
Consejos para la receta
La bebida es tan famosa que incluso Ikea ha dado instrucciones para prepararlo del mejor modo posible. El secreto una gran receta está en el tiempo: en lugar de poner las especias en el vino tinto, es mejor dejarlas en alcohol el mayor tiempo posible, incluso una noche, para que liberen su aroma. Sólo entonces añadiréis los otros ingredientes y lo calentaréis todo.
Y no olvidéis lo que hace que el glögg sea único en comparación con un vino caliente de la zona: uvas pasas y almendras. Estos dos ingredientes son la clave de la excelencia de esta bebida. Incluso la vainilla, que no suele estar presente en nuestra versión, es muy importante para los suecos, a la que nunca renuncian. Como alternativa, algunas familias de este país han modificado ligeramente la receta, jugando con frutas secas como higos o cáscara de naranja caramelizada.
