El vodka de Chernóbil: una historia de la zona prohibida

En Chernóbil, el vodka desempeñó - y sigue desempeñando - un papel muy importante en el desastre nuclear que sacudió la central cercana a la ciudad del mismo nombre. A pesar de que el accidente ocurrió hace más de treinta años, la zona de exclusión se extiende a lo largo de más de 30 kilómetros desde el reactor, una zona en la que, al menos teóricamente, nadie debería vivir. Sin embargo, actualmente hay muchas familias en la zona que se dedican a la producción de vodka artesanal, con un objetivo bien preciso.
Vodka contra las radiaciones de Chernóbil
Para entender por qué el vodka desempeña hoy en día un rol crucial para quienes viven en la zona prohibida cerca de Chernóbil, tenemos que volver a los días inmediatamente posteriores al accidente nuclear más grave del planeta. Cientos de miles de personas estuvieron expuestas a niveles letales - a corto o largo plazo - de radiación. Soldados de toda Rusia fueron movilizados para intentar contener el desastre, hombres a los que se les asignaron tareas al límite del sacrificio, como la retirada y limpieza de algunas piezas del reactor que explotaron y se quedaron en el techo de la central nuclear.
Igor Kostin, un periodista ruso que fue el primero en fotografiar el reactor destruido por la explosión, dijo en una entrevista que había estado presente en esos turbulentos e intensos momentos de la crisis. Explicó que los soldados tenían instrucciones de beber medio vaso de vodka cada dos horas en Chernóbil, para eliminar la radiación acumulada en la glándula tiroides. Este remedio, si bien no tiene base científica alguna, ha permanecido unido a la región hasta el punto de que los actuales habitantes de la zona de exclusión lo continúan produciendo de forma artesanal.
Hoy en día, la zona es un destino para los turistas que buscan emociones fuertes y con frecuencia los lugareños les ofrecen un vaso de vodka, sin preocuparse de la hora que sea. El problema es que todos los ingredientes cultivados en la zona, incluida el agua, pueden seguir contaminados por la radiación liberada tras la explosión del reactor de Chernóbil. Sin embargo, para aquellos que han decidido volver a vivir en esos lugares esto no parece ser un problema.
