El tomatillo: el tomate mexicano entre propiedades y trucos en la cocina

Aquí en Europa es casi desconocido, mientras que, en América, y especialmente en América del sur, es muy común; estamos hablando de tomatillo, también conocido como tomate mexicano, una fruta que esconde muchas propiedades interesantes. Todo un portento de las frutas, cuyos beneficios, sin embargo, solo podrás apreciar plenamente si lo conoces bien. Por si encontrarlos no fuera ya un suficientemente complicado, necesitas saber cómo elegirlos y además cómo cocinarlos a la perfección. ¿preparado?
Un elixir para el corazón
Desde un punto de vista nutricional, el tomatillo se enorgullece de contener un montón de cosas interesantes. Por un lado, es bajo en calorías, como muchas verduras, pero es también rico en grasas y proteínas, de hecho, más que los tomates. ¿Te acuerdas del licopeno? Hemos hablado de él en varias ocasiones por su característico color rojo. Bueno, pues no lo encontrarás en el tomatillo, otra diferencia con su primo más cercano, pero lo compensa con otros elementos como los withanólidos, que son poderosos antioxidantes.
Contiene muchas vitaminas de diferentes tipos, A, C, E y también B2, y no le faltan flavonoides, compuestos ideales para el buen estado de la vista y la piel, a lo cual también nos puede ayudar el betacaroteno. Sin embargo, es como fuente de minerales donde esta verdura da lo mejor de sí misma, con la presencia de cobre, hierro, fósforo y manganeso. Pero es otro oligoelemento el que pone el broche de oro: el alto nivel de potasio, que es perfecto para garantizar la salud del corazón y, en general, del sistema cardio-circulatorio.
Cómo comer tomatillo
Como te habíamos adelantado, es muy difícil de encontrar en Europa, pero puede que tengas suerte y lo encuentres en algún puesto del mercado o quizá en alguna frutería online. En cualquier caso, ten cuidado, es mucho mejor que evites comprarlos cuando tienen mucho color. Puede parecer contradictorio, pero la maduración perfecta es cuando aún están verdes.
Las recetas en las que esta fruta puede dar lo mejor de sí, son aquellas en las que se utiliza para la elaboración salsas típicas de la cultura gastronómica sudamericana. Su sabor tirando a ácido es perfecto para platos agridulces, como el clásico mole mexicano.
