El misterio de las hormigas explosivas de Borneo

El misterio de las hormigas explosivas de Borneo ha salido a la luz gracias a un equipo de investigadores del Museo de Historia Natural de Viena, que habría descubierto una nueva especie capaz de explotar en situaciones peligrosas. No teníamos noticias de ninguna otra especie de hormigas kamikaze desde 1935. Llamadas evocadoramente Colobopsis explodens, este pequeño insecto crea muchas dificultades para cualquier científico que quiera explicar su origen.
Por el bien de muchos
Si pretendemos simplificar el concepto de evolución en una oración, sería algo así como: la evolución es ese mecanismo que asegura la supervivencia de una especie con la selección de nuevas características que se transmiten de forma hereditaria. La palabra clave sobre la cual enfocarse, en este caso, es en la especie, dado que la evolución no funciona en un individuo sino en la especie. Pero, ¿cómo se puede recompensar el comportamiento suicida / kamikaze si el individuo ya ha muerto para transmitir sus características a la descendencia? Simplificándolo mucho, este sería el dolor de cabeza de los científicos.
Las hormigas explosivas de Borneo son solo un ejemplo de este fenómeno. Algunas de ellas (no todas las que pertenecen a esa especie) si se ven amenazadas pueden decidir explotar infectando a sus enemigos con toxinas. Literalmente son capaces de apretar por sí mismas el abdomen y liberar en sus enemigos una sustancia extraña similar al olor a curry. En concreto, serían las trabajadoras más pequeñas, las hembras estériles, las encargadas de inmolarse por el bien común de la colonia.
Esta particular tendencia se conoce en la naturaleza como autothysis - no hemos podido encontrar el término español correspondiente - y es un suicidio altruista en favor de la especie. Las células de nuestro cuerpo pueden hacer algo muy similar, la autólisis, un proceso de autodestrucción mediante el cual un pequeño organismo actúa bajo distintas circunstancias de emergencia. Y es interesante cuestionarse, teniendo en cuenta que son precisamente los llamados superorganismos (comunidades de organismos que parecen funcionar como un individuo) los que muestran una tendencia más marcada hacia este comportamiento aparentemente sin sentido. La ciencia todavía tiene mucho que decir al respecto.
