El jengibre orgánico está salvando la selva tropical
En comparación con su homólogo tradicional, el jengibre orgánico supone una mejor protección para la selva tropical en las zonas donde se cultiva. Esta queridísima raíz, cultivada de forma tradicional, ha contribuido a la deforestación y al riesgo de hábitats muy delicados. Por este motivo el jengibre orgánico podría ser la solución.
El jengibre orgánico y su impacto ambiental
El cultivo de jengibre orgánico está ayudando a salvar la selva tropical en diferentes partes del mundo. El problema del cultivo de jengibre en estas zonas está relacionado principalmente con la deforestación. De hecho, grandes extensiones de tierra virgen están a expensas del avance de los cultivos y de los productos que se utilizan en ellos. Con la agricultura ecológica se trata el problema de forma diferente, ya que este tipo de cultivo tiende a no obtener el espacio utilizando la tala o la quema de árboles.
El jengibre orgánico es un caso emblemático para la preservación de la selva. De hecho, estos cultivos se desarrollan de acuerdo con la naturaleza que los rodea, respetando la el medio ambiente y la riqueza del suelo. En este sentido, el uso limitado de pesticidas y fertilizantes naturales es fundamental. Éstos tienen un impacto limitado en el ecosistema y la composición del suelo, promoviendo la biodiversidad.
Además de sus beneficios ambientales, el jengibre orgánico ofrece más apoyo a las comunidades locales que su equivalente tradicional. De hecho, el jengibre orgánico en general ofrece una mayor sostenibilidad, incluso de naturaleza financiera, lo que permite que los pequeños productores sobrevivan. La elección del jengibre orgánico, además de garantizar el consumo de un producto más sano y natural, es una elección ética, para la protección del medio ambiente y de las personas.
