Desperdicios alimentarios: ¿por qué tiramos la mitad de los productos que compramos?
Son muchas las causas por las cuales se desprecian los alimentos: en el camino desde el campo hasta el supermercado y la nevera, perdemos hasta un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo. Se desperdician alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos al año. Pero también hay otra gran fuente de residuos en el último tramo de la ruta de los alimentos: la que va de la nevera al plato. Una investigación americana ha tratado de entender qué es lo que sale mal en esta última etapa.
La razón del desperdicio de alimentos
De todo lo que compramos en el supermercado, sólo la mitad acaba en nuestros estómagos. Según investigadores de la Ohio State University en los Estados Unidos, los desperdicios de comida en el hogar serían abrumadores. Los estadounidenses encuestados esperaban comer el 97% de la carne que habían comprado en el supermercado, pero en realidad sólo consumían la mitad. En cuanto a las verduras, la expectativa era comer el 94% de ellas, pero en realidad sólo el 44% terminaba en el plato. Del 71% previsto para la fruta, sólo se consumió el 40%; el 42% para el queso y los productos lácteos.
Los residuos de comida de los hogares, según los investigadores, son el resultado de una larga serie de malos hábitos. En primer lugar, la desorganización de las compras y, en particular, la falta de planificación de las comidas. Si el exceso de compras es una de las principales razones, a menudo es la dificultad de interpretar las etiquetas y las fechas de caducidad lo que marca la diferencia.
Las etiquetas y el exceso de compras, por eso desperdiciamos los alimentos
Una de las principales causas del desperdicio de alimentos sería la desconfianza que infunden las etiquetas poco claras. Las frases del tipo «consumir antes de» y «consumir preferentemente antes de» así como sus homólogas extranjeras, siguen sembrando dudas en los consumidores, que acaban arrojando alimentos que aún son perfectamente comestibles para evitar el riesgo de consumir alimentos caducados.
Otras curiosidades que han surgido de la investigación sobre el desperdicio de los alimentos es que las personas que limpian la nevera con más frecuencia terminan tirando más comida. Por el contrario, los que prestan más atención al etiquetado y a la composición de los alimentos son más cuidadosos y menos propensos a los residuos. Además, las familias más jóvenes tienen más probabilidades de comprar en exceso y de desperdiciar alimentos que las familias con personas mayores de 65 años. Los investigadores creen que una mayor cultura del consumidor y una legislación más clara y el significado de las etiquetas podrían tener un gran impacto en la reducción de los residuos en el hogar.
