Corn Belt, ¿un nuevo pulmón verde?

Un grupo de investigadores dirigido por Luis Guanter de la Freie Universität Berlin publicó un estudio según el cual habríamos subestimado enormemente el impacto del cultivo humano en el clima. Incluso en el punto álgido de la producción, la actividad fotosintética del Corn Belt (cinturón de maíz) de Estados Unidos superaría el 40% de la selva amazónica.
El Corn Belt visto desde el espacio
Durante la temporada de crecimiento en el hemisferio norte, la parte más occidental de Estados Unidos involucrada en la cosecha de cultivos de maíz registra la mayor actividad fotosintética de todo el planeta, según se ha observado a través del uso de satélites especiales. Estos analizan un espectro de luz característico de la fotosíntesis e invisible para el ojo humano, una radiación luminosa que se puede ver incluso desde el espacio.
Gracias a esta posibilidad, Luis Guanter y su equipo lograron mostrar que los lugares con una distribución homogénea de plantas, como los bosques o, por qué no, los campos de cultivo particularmente grandes podrían analizarse mediante el uso de sensores específicos en órbita alrededor de la Tierra. Por tanto, un lugar como el Corn Belt , donde se produce casi la mitad de la cosecha de maíz mundial, sería incluso más productivo (en términos de consumo y producción de CO2) que la selva amazónica, en un 40%.
Datos y modelos climáticos
La NASA se dedica constantemente a monitorear los valores vitales de nuestro planeta. Para ello, utiliza una gran cantidad de herramientas, y es sorprendente cómo los científicos se han dado cuenta de que los estudios de campo sobre la fotosíntesis estaban perfectamente en línea con los datos satelitales.
No hay nada en absoluto que llame más la atención de los científicos que los datos, y cuanto más sean, mejor podemos hacernos una idea de la realidad que nos rodea. Y es precisamente por esta razón que los investigadores están siempre buscando nuevos sistemas para recopilar información del mundo que nos rodea, incluso aunque no podamos ni imaginar que gracias a un satélite pudiéramos medir la actividad fotosintética de regiones enteras de nuestro planeta.
A la luz de esta encuesta, parece que los modelos actualmente utilizados para estimar los ciclos del dióxido de carbono han subestimado el efecto de lugares como el Corn Belt hasta en un 60%.
